Cerrar

Una conversación escrita (versión 5)

Jesús, Redentor y Dios, te adoro presente en mi pecho.  Te has hecho alimento de mi alma. Sé bienvenido.

Por este gran beneficio te doy gracias de todo corazón, me pesa no saber agradecértelo como te mereces. Te adoro en mi pequeñez. Uno mi adoración a la de María Santísima cuando te recibió en su seno; y quisiera amarte con el mismo amor con que Ella te amó.

Redentor ¡cuántas veces he desobedecido tus mandatos, ¡Jesús bueno!, confío en que habrás perdonado mis pecados. Pásalos por alto, Tú que eres la bondad infinita, pues me duele de todo corazón haberte ofendido.

Tú me escogiste para ser santo y amigo tuyo, ¡qué más podías hacer para que yo te amara! Quiero amarte con todo mi corazón. Dios mío, ¿de qué me valen las riquezas? ¿de qué los goces de este mundo? Tú lo eres todo para mí. Desde ahora Tú serás para mí lo más importante, mi mejor amigo.
 
Te pido por todos mis familiares, amigos; también por los enfermos. Te pido por todos los pecadores. Madre mía, María Santísima, pide para mí el horror al pecado y el amor de Jesucristo.

Te ruego que ayudes mucho al Papa, que no se sienta muy sólo allí en Roma. Hazle fuerte para que aguante bien todos los problemas de la Iglesia, y que siga queriendo mucho, como hasta ahora lo viene haciendo, a todos los hombres. Te pido por la Iglesia, por los obispos, por los sacerdotes, que todos sean muy santos y sepan exigirnos para que seamos mejores cristianos.

La paz del mundo es una cosa que tienes que conseguir, Jesús. ¡Que no hayas más guerras, ni más terrorismo! Te pido por los que mueren con violencia. Te pido por los que son maltratados, por los que no tienen lo necesario para vivir, por los que no tienen padres, cariño, salud,...
Jesús, no puedo olvidarme de mis amigos. Ayuda a todos en sus necesidades

Ayúdame a mí mismo a ser mejor amigo tuyo. Que te quiera más, cada día un poco más. Jesús, dile a mi Ángel de la Guarda, seguro que te hace más caso a ti que a mí, que me avise cuando pase cerca de algún Sagrario, que me ayude a nos distraerme cuando rezo.

Oh María, Virgen y Madre Santísima, he recibido a tu amadísimo Hijo, que concebiste en tus inmaculadas entrañas, criándolo y alimentándolo con tu pecho, lo abrazaste amorosamente. Al mismo que te alegraba contemplar y te llenaba de gozo, te lo presento y te lo ofrezco con amor y humildad para que lo abraces, lo quieras con tu corazón y lo ofrezcas como supremo culto de latría a la Santísima Trinidad, por tu honor, tu gloria y por mis necesidades y las del mundo entero.

Invocaciones a Jesús Redentor / Índice