Cerrar

Una conversación escrita (versión 3)

En primer lugar quiero empezar por darte las gracias, Jesús. Te tendría que agradecer tantas cosas, que no sé por dónde empezar. Gracias por haber venido a mi interior, ¡qué bien tener a Dios dentro de mí!

Te doy muchísimas gracias por la familia que me has dado, en la que tú has querido que yo naciera. Te agradezco la formación que me ha dado mi familia, porque gracias a lo que me han enseñado de ti, he tenido la suerte de poder recibirte hoy en la Misa, y espero continuar haciéndolo muchos días en adelante.

He querido empezar por agradecerte, pero ahora paso a pedirte algunas cosas. No me importa “pasarme” mucho pidiendo. Sé que tú eres mi amigo, y que si quieres me lo concedes.

Te pido en primer lugar por mi familia: por mis padres ..... por mis hermanos ....,   te pido por mis familiares .....

Te ruego que le ayudes mucho al Papa, que no se sienta muy sólo allí en Roma. Hazle fuerte para que aguante bien todos los problemas de la Iglesia, y que siga queriendo mucho, como hasta ahora lo viene haciendo, a todos los hombres. Te pido por la Iglesia, por los obispos, por los sacerdotes, que todos sean muy santos y sepan exigirnos para que seamos mejores cristianos.

La paz del mundo es una cosa que tienes que conseguir, Jesús. ¡Que no hayas más guerras, ni más terrorismo! Te pido por los que mueren con violencia. Te pido por los que son maltratados, por los que no tienen lo necesario para vivir, por los que no tienen padres, cariño, salud,...

Jesús, no puedo olvidarme de mis amigos. Ayuda a todos en sus necesidades

Ayúdame a mí mismo a ser mejor amigo tuyo. Que te quiera más, cada día un poco más. Jesús, dile a mi Ángel de la Guarda, seguro que te hace más caso a ti que a mí, que me avise cuando pase cerca de algún sagrario, que me ayude a nos distraerme cuando rezo. Que, de vez en cuando, me dé algún aviso para que me acuerde de ti. Y si hago algo mal, o voy a hacerlo, que no me deje y que me ayude a resistir la tentación. Tú también me ayudarás, ¿verdad?

Bueno, Jesús, que me acuerde hoy durante todo el día de ti; perdona por todas las veces que te he abandonado. Ayúdame a que nunca más vuelva a ocurrir. Confío en que hoy me ayudarás. Me despido de ti, de mi mejor amigo, hasta la próxima Comunión, que espero que sea pronto. ¡No te puedo fallas!

También me despido de ti, Virgen María y Madre mía. Seguro que has oído mis peticiones, cuando hablaba con tu Hijo, al que tanto quieres y tan unida estás. No me dejes tampoco tú y agárrame fuerte de la mano para que nunca abandone a Jesús, ni te abandone a ti. Intercede por mí ante Dios en todas mis peticiones, y en todas las cosas que sabes que necesito.

Invocaciones a Jesús Redentor / Índice