Oración con las palabras que usó el Ángel para saludar a la mujer elegida por Dios para ser la que trajera al mesías a la tierra. Son palabras que vienen de Dios. Tres para hacer referencia a la Santísima Trinidad. Santa Gertrudis fue una monja a la que la Virgen le mostró que le gustaba mucho esta costumbre La virgen nos insta a que recemos: “La devoción de las tres Avemarías siempre me fue muy grata… No dejéis de rezarlas y de hacerlas rezar cuanto podáis. Cada día tendréis pruebas de su eficacia…” Prometió a Santa Gertrudis que “a la hora de su muerte me mostraré a él con el brillo de una belleza tan grande, que mi vista le consolará y le comunicará las alegrías celestiales” (Libro El Heraldo Divino) Las Tres Avemarías fueron aprobadas por SS el Papa León XIII. Se tarda poquísimo tiempo: Anécdota de San Alfonso María de Ligorio Ricardo, uno de los jóvenes, salió de aquella casa y cuando llegó a la suya se acostó. Una vez en la cama se acordó de no haber rezado las tres Avemarías, que acostumbraba rezar todos los días a su Madre la Virgen. El sueño ya le había vencido, pero venciendo la pereza las rezó, aunque sin mucha devoción y luego se acostó de nuevo. Apenas había empezado a dormir notó que alguien golpeaba con fuerza la puerta de su habitación. Quien golpeaba la puerta era el alma de su amigo. (Cuando morimos, nuestra alma sigue viviendo, y en algunas ocasiones permite Dios que, de forma extraordinaria, actúe físicamente. En este caso lo permitió Dios para que Ricardo cambiase de vida). Ricardo se levantó y sin abrir la puerta preguntó: La Virgen quiso que el alma de su amigo le revelase a Ricardo lo sucedido para que cambiase de vida. Perdona, María, las veces que rezo el Avemaría sin atención. Como de carrerilla, sin darme cuenta de que te lo estoy diciendo a Ti. Procuraré fijarme más en los pronombres en segunda persona (Tú, te, contigo). De todas formas, aunque me siga distrayendo, no me preocupa: sé que te gusta lo que digo, y sabes que te lo digo porque te quiero. Todas las noches te daré las buenas noches rezándote las tres Avemarías,.. ¡con atención!
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Rezar tres Avemarías
"Después del Poder del Padre, la Sabiduría del Hijo, y la Ternura misericordiosa del Espíritu Santo, nada se aproxima al Poder, la Sabiduría y la Ternura misericordiosa de María."
Todos los santos doctores de la Iglesia son unánimes en decir con San Alfonso de Ligorio: "Un siervo devoto de María nunca perecerá."
Cronometrándolo se tarda 1.09 minutos (69 segundos) en promedio después de cronométralo en 4 intentos. Saboreando cada avemaría al decirlas un poco más despacio en promedio han sido 1.44 minutos (104 segundos) después de cronométralos por 3 veces.
Cuenta San Alfonso María este sucedido: en 1604, a dos jóvenes de Flandes, que llevaban una mala vida, al pasar una noche en casa de una mujer pecadora, de vida deshonesta, les ocurrió lo que se cuenta.
- ¿Quién eres?
- ¿Es que no me conoces?, ¡soy un desgraciado, -exclamó triste el alma del amigo- estoy condenado!
- ¿Cómo así?
- Tienes que saber Ricardo que, al salir de aquella casa me atacaron y caí muerto ahogado; mi cuerpo quedó tendido en la mitad de la calle y mi alma está en el infierno. Lo mismo te hubiera pasado a ti, pero Santa María te salvó de él por las tres Avemarías que le rezas cada noche.
Y acabó diciendo: aprovecha esta revelación de la Madre de Dios, tú que tienes tiempo. Y desapareció.
Ricardo se puso a llorar y a dar gracias a la Virgen; sonaban entonces las campanas de la iglesia y decidió ir a confesarse y hacer penitencia.
Fue y se lo dijo a los sacerdotes; estos, que no lo creían, se dirigieron a la calle donde estaba el cuerpo de su amigo y lo vieron muerto y tendido en mitad de la calle; comprobaron así que Ricardo no había mentido. A partir de entonces Ricardo cambió de vida e hizo muchas cosas por Dios y por los demás.