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Vivir la Misa en 3D

Fuente: Juan Pedro Manglano

¿Has visto un dibujo en 3-D? SE TRATA DE VER LO QUE NO SE VE. Cuesta un poco coger el truco, pero cuando se logra, ¡Es otro mundo el que aparece a la vista! De la misma forma, cuando asistes a Misa podrías vibrar asistiendo en primera línea a la muerte de Cristo en el año 30, con los soldados y el gentío del Calvario, porque esa realidad está ahí. Lo que pasa es que la Misa en 3-D tiene también sus reglas. Estas son algunas de ellas:

¿QUE DEBO HACER DURANTE LA MISA?

1. BESO EN EL ALTAR: Cuando el Sacerdote se acerca y sube al altar, el cielo entero se abre con la Santísima Trinidad para contemplar el sacrificio que se va a realizar; puedes ver (en 3-D) que se abre un agujero en el techo y se asoman Dios Padre, Dios Hijo y Espíritu Santo para escuchar con interés cada palabra que el sacerdote y tú dices. ¿Por qué besa el altar al llegar? Porque el altar representa a Cristo, y porque ahí vendrá Jesús dentro de unos minutos; nada más llegar se encontrará ese beso. Puedes dejar tu también un beso en el altar con el corazón, mientras le dices: ¡ Jesús te Amo!

2. EL SEÑOR ESTÉ CON VOSOTROS: Así saluda el Sacerdote, ayudándonos a ver a Jesucristo vivo. La Misa es el Memorial de su pasión, muerte y resurrección. Jesús está vivo, y es quien ofrece el sacrificio a Dios Padre, y nosotros con él. La Misa es Jesús, que continúa dándose a los hombres y aplicándonos su redención.

3. GOLPES DE PECHO: "Yo confieso... por mi culpa, por mi gran culpa" ¿Sabes porqué se golpea el pecho en el lado izquierdo? Porque ahí esta el corazón. Y, así como para despertar a una persona le das golpes, o llamas a la puerta golpeándola, puedes ver (en 3-D) que das golpes a tu corazón diciéndole: ¡Despierta cambia de vida, busca amar a Dios, reacciona, conviértete!

4. SEÑOR TEN PIEDAD: Gritaba el ciego de Bartimeo: ¡Jesús Hijo de David, ten Piedad de mí! (Mc 10,47); y le curó. El Padre de un chico endemoniado le ruega: ¡Si algo puedes, ayúdanos, ten piedad de nosotros! (Mc 9, 22); y le curó. Sólo Dios les podía curar. Y como ellos no tienen nada con lo que "comprar" ese favor a Jesucristo, le piden que se lo haga por compasión, por misericordia, por amor y pena. Con la misma actitud debes suplicar con voz alta y fuerte: ¡Señor Ten Piedad!; y te curará. Y puedes dirigir los gritos: el primero a Dios Padre, el segundo al Hijo y el tercero al Espíritu Santo.

5. "OREMOS": El sacerdote deja aquí un breve espacio de tiempo de silencio para poner algunas intenciones al ofrecer este sacrificio de la Misa. Tu también puedes hacerlo. ¿Que significa ofrecer la misa por algo? Asómbrate: significa que tú ofreces a Dios Padre la vida, pasión y muerte de su Hijo Jesucristo; y a la vez que le ofreces lo más querido para él, su Hijo, le pides a cambio que Él te conceda algo.

6. EL EVANGELIO: Es el mismo Jesucristo hecho palabra y escritura. Por eso lo escuchamos de pie, y el sacerdote lo besa cuando termina de leérnoslo. Que veas a Jesucristo que te habla, y también tú le beses interiormente.

7. OFERTORIO DE PAN Y VINO: Nos sentamos, pero es el momento en el que debes estar más activo. El pan, hecho de la suma de muchos granitos de trigo, es también un símbolo. ¿Qué es lo que ofrece el sacerdote a Dios? La suma de todas las pequeñas cosas que los asistentes ponemos en la patena: horas de trabajo, pequeñas mortificaciones, alegrías, dolores, deporte diversiones del día, lucha por sacar propósitos, detalles de cariño y servicio... Puedes decirle: Señor mío, te ofrezco todo lo que tengo; mis planes y proyectos, mis sacrificios y alegrías. ¡Quiero ser todo tuyo! ¡Para ti, para siempre! Como le ofreces todo, te ayudara, verte pequeñito sobre la patena: ves (en 3-D) que, en nombre de Cristo, el sacerdote regala a Dios padre tu vida, tu persona (Por eso vale tanto cualquier pequeña cosa de tu día). Cuando ofrece el vino puedes hacer de nuevo el mismo ofrecimiento.

8. LAVABO: El sacerdote ya tiene las manos limpias; ¿por qué se lava las manos otra vez? Para decir con un gesto externo, que igual que el agua va a quitar de sus manos las pequeñas suciedades, del mismo modo pide a Dios que su gracia y su misericordia limpie su alma de sus suciedades (pecados, amor propio, faltas de amor, etc.) Pídeselo tú también, con las palabras que en voz baja dice el sacerdote ¡Señor, lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Puedes pensar que es la sangre de Cristo en la cruz, que ahora estará sobre el altar, la que realmente nos ha conseguido el lavabo y el perdón de nuestros pecados.

9. PREFACIO: ¿Cuántos están en Misa? No cuentes la gente, porque fallarás. ¡Increíble! ¿Cuántos? Toda la humanidad. Mira (en 3-D): ahora llamamos a toda la creación para que estén con nosotros en la consagración, en la cruz. Te explico:
EL SEÑOR ESTÉ CON VOSOTROS: ese "vosotros" hace referencia a todos los hombres del mundo, no sólo a los presentes.
LEVANTEMOS EL CORAZÓN: Levantarlo hasta el cielo, para unirnos a todos los que están ahí.
DEMOS GRACIAS A DIOS: y a continuación se dan argumentos, motivos por los que damos gracias (primero por darnos a Jesucristo y luego se dan otros distintos según los días: estate atento para descubrirlos)
POR ESO CON LOS ÁNGELES...: pedimos también a los ángeles que adoren a Dios como nosotros. Ya ves ¡Esta toda la creación en la Misa, aunque la iglesia este vacía! Todos los hombres, todos los que están en el cielo y todos los ángeles.

10. SANTO, SANTO, SANTO: "Llevaron el borrico a Jesús (...) muchos extendían sus mantos sobre el camino, otros cortaban ramas de los campos, y los que iban delante y detrás de Él, gritaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el reino que viene de David! Hosanna en las Alturas" (Mc 11, 7-10). Ahora que Cristo ya va a venir, grita con toda la creación: Santo, Santo, Santo... Bendito el que viene en el nombre del Señor. ¡Hosanna en el Cielo!

11. CONSAGRACIÓN: El sacerdote "presta" ahora su voz y sus manos a Cristo. Y Jesús es Dios. Un día dijo: hágase la luz y se hizo; que haya lumbreras en el firmamento del cielo, y se hicieron las estrellas (Ex 1, 1-15). Ahora dice: esto es mi Cuerpo y ese trozo de pan se convierte en su cuerpo. Puedes decirle mientras alza la Hostia lo que le dijo Santo Tomás: ¡Señor Mío y Dios Mío! Éste es el Cáliz de mi sangre y el vino se convierte en su sangre, Puedes decirle: ¡Sangre de Cristo, embriágame, empápame!

12. BIENVENIDO A TU ALTAR, SEÑOR: Ya se ha realizado el milagro. Acaba de llegar Jesucristo, de nuevo, a la tierra. Cuando vino por primera vez, al portal de Belén, sólo unos pastores le dieron la bienvenida. ¡Qué brutos somos los hombres! ¡Cuantas veces le hacemos el vacío, porque no lo vemos! En cuanto acabe la consagración, date prisa para agradecer bajito: ¡Bienvenido a tu altar, Señor!

13. PADRE NUESTRO: ¡Fíjate que suerte! Dios Padre está especialmente pendiente y atento a todo lo que le decimos. Y rezas ahora, con Jesucristo, el Padrenuestro; como los apóstoles. Que lo pronuncies en voz alta; y fíjate en las siete peticiones que contiene esa oración.

14. COMUNIÓN: Tres cosas.
EN LA COLA: Ve rezando "comuniones espirituales" y el "Señor mío Jesucristo", preparando su llegada.
EL CUERPO DE CRISTO, ¡AMEN!: El Amén significa: así sea, así creo que es, sé que a quien tiene en sus manos es Cristo (aun que mis ojos vean un simple trozo de pan). El Amén es un gran acto de fe: dilo fuerte.
TOCÓ SU LENGUA: (Mc 7,33) Cuenta el Evangelio que un día le presentaron a Jesús un sordomudo, y Jesús, para curarle, le toco la lengua y lo curó. También ahora te toca a ti la lengua, en cuanto te toque dile: gracias, Señor, muchas gracias; ¡cúrame también a mí!

15. ELEVACIONES: En cuatro ocasiones se levanta la patena y el Cáliz. Saber por que te ayudará
EN EL OFERTORIO: Se levantan el pan y el vino ofreciéndole a Dios todo lo nuestro, como tiene poco valor se elevan a poca altura sobre el altar.
EN LA CONSAGRACION: En ese momento se hace presente Jesucristo con su Cuerpo y con su Sangre. Enseguida se elevan para que todos lo vean y le puedan adorar. Se eleva lo suficiente para que lo vean todos. Clava tus ojos en él.
POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL: Al final de la plegaria Eucarística, se elevan el Cuerpo y la Sangre para ofrecerlos a Dios Padre. Se elevan a más altura, pues es Cristo, el sacrificio de mayor valor. Al responder todos Amén estamos diciendo que sí, que nos sumamos nosotros al sacrificio de Cristo con nuestra entrega personal.
ÉSTE ES EL CORDERO DE DIOS: Antes de la comunión nos lo muestra el sacerdote para que nos dirijamos a él preparándonos ya para recibirle. Clava tus ojos en él. Contenido del documento